Cómo ayuda la diáspora nicaragüense en EEUU a los nuevos inmigrantes
abril 10, 2024Inmigrantes que ayudan a otros inmigrantes. Miembros de la diáspora nicaragüense en EEUU usan sus conocimientos y experiencias para, desde las organizaciones que han creado, ayudar a los que llegan en busca de refugio.
MIAMI, EEUU — Una mujer retirada de sus labores en los negocios, un ingeniero en sistemas que traduce del miskito al inglés y un abogado que organiza talleres de capacitación y recogida de ayuda humanitaria tienen algo en común: son nicaragüenses que ayudan a sus connacionales al llegar a Estados Unidos.
Una ‘abuenica’
Anita Wells dejó Nicaragua hace más de 40 años y ahora que ha dejado atrás sus labores como mujer de negocios en Estados Unidos, ha reforzado su pasión ayudando de diversas maneras a la nueva oleada de nicaragüenses que llegan cada día.
Wells es cofundadora desde 2018 -junto a otras dos mujeres-, en Virginia, de la organización Abuelas Unidas por Nicaragua (AbueNica).
“El comienzo fue prestar asistencia (en 2018 a raíz de las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega) a los que estaban huyendo de Nicaragua a lugares como Honduras, Guatemala, México. No era durante esta época migratoria de ahora, sino que eran los nicaragüenses escapando de la represión”, cuenta Wells a la Voz de América.
Su labor está centrada en buscarles recursos a los nuevos inmigrantes para subsistir los primeros tiempos, “referirlos a otras personas” para sacarlos adelante y apoyarlos por medio de otros voluntarios para la tramitación de documentos legales y migratorios.
Hasta diciembre de 2023 al menos 54.000 nicaragüenses habían llegado a EEUU por medio del parole humanitario, según registros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, en inglés).
“Nos hemos centrado en el último año en los más vulnerables, de origen campesino, los que no conocen los recursos, lo procesos migratorios”, dice y pone el ejemplo de cómo ha encontrado casos en que a veces les ponen un sello de timbre en un documento de entrada al país “y ellos piensan: ‘ese es mi asilo’”.
Wells dice que le ha puesto más atención a una comunidad en especial entre los que llegan, los indígenas miskitos “que no hablan inglés y no hablan español”.
Junto a Douglas Rossman, un ingeniero que lleva solo tres años de exiliado y vive en Florida, han podido ayudar a los inmigrantes. “Les ayudamos a llenar sus formularios en línea, a abrir sus cuentas en el servicio migratorio… lo que haría un abogado”, dice.
—¿Cómo un día Anita se levanta y se pone a ayudar a los inmigrantes? —, indaga la Voz de América.
—Nunca dejé a mi patria, la he llevado en el corazón; como dice la canción ‘Nicaragua en la maleta’: “Con mi país en la maleta de mi pecho” —, contesta, parafraseando al cantautor nicaragüense Jandir Rodríguez.